¿Que ha cambiado?

Hola Sara. ¿Sabes que ha pasado? ¿Qué te está pasando? 


Has crecido ¿no lo ves? Mira a tu alrededor, ya nada es igual. ¿Y qué ha cambiado? Ya no eres tú, has cambiado, para bien o para mal, quizá para los dos. ¿Dónde están esas pequeñas cosas que te hacían sonreír? Se han esfumado, todas, se han ido, y entonces dime, Sara, ¿Qué es lo que te hace sonreír ahora? ¿Quién consigue sacarte esa preciosa sonrisa? Fíjate, quien lo hace, que lo hace, o si nadie lo consigue… ¿Es forzada? Por favor, dime que no, dime que esa sonrisa que siempre has tenido no es forzada, que no sonríes tan solo por aparentar. Dímelo. 


¿Lo ves? Recuerda tu infancia, cuando jugabas con muñecas y soñabas con ser princesa. Ahora has crecido, vas a ser mayor de edad. Te has dado cuenta, ¿verdad? Ni las princesas, ni los príncipes, ni los cuentos encantados, nada de eso existe. Has crecido, has cambiado, tu mundo es otro, dentro de unos años. ¿Cómo te ves? Tranquila, todo llega, preocúpate por estudiar, lo demás, llega solo. 


¿Y esas muñecas? ¿Las has tirado? ¿No verdad? Todavía están en el fondo de tu armario, aunque no las miras, no las coges, ahora las has cambiado por maquillaje, vestidos, faldas y zapatos de tacón. Has dejado atrás toda la ilusión. Ahora ves la realidad, la cruda realidad. 


¿Y esas amigas? ¿Las sigues teniendo? No, ya no es así. Ahora tienes nuevos, ¿no es cierto? Pero tan solo para cuando ellos quieren, eso, eso es lo que más te duele, y por eso no sonríes, has perdido la ilusión, las ganas y todo lo de tu alrededor. Están demasiado lejos ¿verdad? Quienes merecen la pena, y dudas que los veas algún día, por eso lloras, porque no sabes si lo conseguirás. 


Y entonces, dime Sara, ¿Qué harás? ¿Te rendirás? Jamás fuiste chica de rendirse, no lo harás ahora ¿verdad? Lucha, hazlo, se que puedes. 


Sonríe vamos, muestra al mundo esa sonrisa tan bonita, esa que siempre has tenido.